CONTEXTO
El macizo de Hallandsås alterna formaciones rocosas muy duras y muy blandas. La zona de Möllebäck es un terreno tan empapado de agua que al perforarlo puede suministrar un caudal de hasta 400 litros por segundo (el equivalente al consumo de una ciudad de 100.000 habitantes). Una pequeña empresa estatal asume el reto y acomete una perforación con tuneladora, pero tras avanzar 16 metros, la máquina se queda atascada. Después de intentar proseguir recurriendo al sistema tradicional con explosivos, el empresario abandona al cabo de 3 años. Skanska toma el relevo y opta, asimismo, por las voladuras, pero a raíz de un escándalo medioambiental, la obra sufre un nuevo parón y Skanska se retira del proyecto. La Autoridad Nacional de Transportes no se desanima y, a pesar de estos dos fracasos, decide mejorar el servicio ferroviario de la zona oeste del país, para lo cual sondea a las empresas de construcción y obras públicas no suecas que podrían llevar a cabo dicha obra. VINCI Construction Grands Projets decide entonces aliarse con Skanska para reanudar el proyecto.