Puente Rion-Antirion

Conectar el Peloponeso con la parte continental de Grecia a través del estrecho de Corinto era un sueño ante el que habían fracasado numerosos proyectos hasta la construcción del puente con múltiples tirantes de fijación Charilaos Trikoupis (Rion-Antirion), logro técnico de gran amplitud. El puente, de una longitud de 2.883 metros, exigió unas técnicas únicas para proteger su estructura en condiciones extremas. Puede resistir seísmos de magnitud 7 en la escala de Richter, vientos de casi 250 km/h y el choque de un petrolero de 180.000 toneladas a una velocidad de 16 nudos. Hay quien dice que, en caso de fuerte seísmo, el puente sería el lugar más seguro de la región. Además, los automovilistas sólo necesitan 5 minutos para atravesar el estrecho, frente a los 45 minutos en trasbordador. 

CONTEXTO

La idea de un puente que atravesara los 3 kilómetros del estrecho de Corinto no era nueva. Ya en 1880 el presidente del Consejo Charilaos Trikoupis había pensado en ello al mismo tiempo que se abría el estrecho. El golfo de Corinto ha sufrido al menos 10 terremotos en 40 años que hicieron que la región del Peloponeso se separara 8 milímetros del continente. El proyecto se hizo viable a principio de los años 90. En 1996 la sociedad Gefyra (empresa participada en un 53 % por el grupo VINCI) ganó la licitación. La primera piedra del puente fue colocada en 1998 por el primer ministro Costas Simitis. Los 7 años de obras siguientes se dividieron en 2 periodos: el primero, de 2 años, consistió en una fase de estudios y el segundo, de 5 años, en una fase de construcción. La construcción del puente Rion-Antirion se terminó en 2004, 5 meses antes de la fecha prevista y a tiempo para los Juegos Olímpicos de Atenas.

ASPECTOS Técnicos

La principal dificultad técnica se encontraba en el subsuelo marino, que no se prestaba a las grandes obras. Situado a una profundidad de 60 metros bajo el nivel del mar, el subsuelo marino de la zona estaba formado principalmente por arcilla sin cohesión suficiente, mezclada a veces con limo o arena fina. Las capas de roca se encontraban 500 metros más abajo. La única solución técnica viable era, pues, construir pilares con una base amplia colocados sobre el fondo. Además, tuvimos que mejorar considerablemente el rendimiento del terreno en los primeros 20 metros para que las estructuras pudieran resistir un posible desplazamiento vertical u horizontal de 2 metros causado por un terremoto. Esta manipulación permitió aumentar la resistencia del subsuelo marino de manera que, en caso de seísmo, los pilares absorben la fuerza de elevación que podría hacerlos caer.
Para construir el puente se reforzó el subsuelo en torno a cada pilar incluyendo tubos de acero huecos de 25 a 30 metros de longitud, hundidos en una capa de balasto. Las bases de los pilares, que alcanzaban 90 metros de diámetro, son las más grandes que se han construido. De este modo, los pilares pueden absorber la fuerza de elevación que, en otras circunstancias, los haría caer.
El tablero se diseñó de forma que reaccionara como un balancín en caso de seísmo. Para ello, no descansa en los pilares y está suspendido de los tirantes de fijación. Se sujeta a las cabezas de los pilares mediante bielas equipadas de un fusible para que no se mueva por la fuerza del viento, especialmente violenta en la región. En cambio, estas bielas se sueltan en caso de sacudidas más fuertes y los movimientos quedan reducidos por los amortiguadores.

La realización de esta obra exigió la aplicación de innovaciones mayores en los métodos de construcción, concretamente en lo que se refiere al refuerzo del subsuelo marino, lo cual hace que este puente sea una obra única.

IMPACTO

Obra maestra técnica y obra de fábrica, el puente Rion-Antirion forma parte, ante todo, del desarrollo económico de las dos orillas del estrecho de Corinto: el Peloponeso y la parte continental de Grecia. El estrecho se atravesaba hasta entonces en transbordadores que tardaban 45 minutos. Este sistema no respondía al crecimiento continuo del tráfico entre las dos orillas. El puente Rion-Antirion permitió reducir la travesía, que pasó de 45 a tan sólo 5 minutos.
Otra ventaja es que el puente, contrariamente a los transbordadores, puede permanecer abierto a la circulación independientemente de las condiciones meteorológicas.
Al conectar dos grandes autopistas, permite un fuerte desarrollo local y, gracias a los puertos de Patras e Igoumenitsa al noroeste, facilita las comunicaciones entre Grecia e Italia.
El aporte de este puente también puede medirse en capital humano. Efectivamente, Grecia no poseía centros de enseñanza para las obras públicas y las 1.200 personas contratadas para las obras, locales en su mayoría, tuvieron que recibir capacitación para las nuevas técnicas utilizadas en la construcción en Rambouillet. Esta capacitación se tradujo en ausencia de accidentes y en cualificaciones profesionales para los obreros griegos. Desde este punto de vista, la obra también fue todo un éxito. Por su vanguardismo técnico y su esplendor, este puente fue calificado por los habitantes de la región como la “octava maravilla del mundo”.

Expertos del proyecto

Cliente
Ministry of Infrastructures, Transportation & Networks

Dirección de obras
Gefyra S.A.

Cifras claves

Fechas de ejecución
de diciembre de 1997 a diciembre de 2004

Hormigón
250.000 m³

Acero
14.000 t

Tirantes de fijación
4.500 t (368 tirantes de acero

Testimonio

“Este puente se pensó, ante todo, para que resista los terremotos. Se realizaron pruebas para que la construcción resista sacudidas de magnitud superior a 7 en la escala de Richter. En caso de terremoto en la región, todo quedaría destruido menos el puente”.

Jean-Paul Teyssandier, DIRECTOR DE EXPLOTACIÓN

Más información